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Sangre noble inca en Trujillo: Francisca Pizarro Yupanqui


Paseando por las calles medievales de Trujillo, en Extremadura, que como ya vimos en post anteriores es tierra de conquistadores, conocimos la interesante historia de Francisca Pizarro Yupanqui, hija del conquistador Francisco Pizarro y una princesa inca, considerada como la "primera mestiza" del Perú.


Conozcamos su historia. Durante la conquista del Perú por parte de la expedición española encabezada por Francisco Pizarro, se toparon con la tribu de Atahualpa, que se dirigía de camino al Cuzco para coronarse inca, esto es, soberano del imperio incaico. Pizarro le capturó por medio de un ardid.​ Atahualpa ofreció pagar un enorme rescate a cambio de su libertad y Pizarro aceptó su oferta. Pero los españoles temiendo un ataque indígena decidieron deshacerse de Atahualpa. Tras recibir el rescate lo acusaron de traición, de conspiración contra la corona española, y de asesinar a Huáscar, su hermano que le disputaba el poder.​ Lo sometieron a juicio, lo sentenciaron a muerte y lo ejecutaron por estrangulamiento. Pese a que Atahualpa tuvo sucesores nombrados por los españoles se le considera el último gobernante del Imperio inca.


Durante su encierro se hizo amigo de Pizarro, incluso aprendió el español, y para crear un vínculo más cercano, de buena voluntad y amistad, Atahualpa ofreció a Pizarro a su hermana favorita en matrimonio. Quispe Sisa era hija del emperador inca Huayna Cápac. El conquistador la hizo bautizar como Inés Huaylas. Dicen las crónicas que Pizarro le tenía mucho cariño y la llamaba “Pizpita” por la semejanza eufónica de su antiguo nombre Inca con el de un pájaro de su Extremadura natal. Tuvo dos hijos con ella: una primera hija a la que llamó Francisca Pizarro Yupanqui, y Gonzalo, que murió joven. Es esta hija la protagonista de nuestra historia.


Francisca nació el 28 de diciembre de 1534 en Jauja (Perú). Aún cuando la unión con Inés no duró, Pizarro legitimó a los hijos que tuvo con ella. Después de su muerte, Francisca y su hermano fueron reconocidos como los legítimos herederos del Conquistador por el Emperador Carlos V en la Real Cédula del 12 de octubre de 1537. Tras el fallecimiento de su padre, la heredera Doña Francisca, como descendiente del Gran Marqués de la Conquista y de la Casa real Inca de Huayna Capac, fue cortejada por los principales notables españoles del Perú, entre ellos su tío Gonzalo Pizarro, que luego falleció, y como juntos hubieran compuesto una poderosa pareja, como temió el Consejo de Indias, con capacidad de intentar coronarse reyes del Perú, se ordenó el regreso de la familia Pizarro a Europa, incluida la primera mestiza, todo ello como parte de la pacificación de Perú envuelto en luchas entre los mismos españoles.


Francisca fue llevada a España en 1550 y casó allí en primeras nupcias a la edad de veinte años con su tío, Hernando Pizarro, y tras el fallecimiento de este en 1580, casó en segundas nupcias con un aristócrata, Pedro Arias Portocarrero, con quien se fue a vivir en la corte en Madrid. De la unión con Hernando tuvo cinco hijos: Francisco, Juan, Gonzalo, Isabel e Inés, cuya descendencia se ha extinguido.


Fuera de la vida tempestuosa de la conquista, fue conocida en España como Doña Francisquita, llevando entonces una vida fundamentalmente cortesana. Fue la promotora de la construcción del Palacio de la Conquista, en la Plaza Mayor de Trujillo , de la Catedral de la Plaza Mayor de Lima, así como otras obras y donaciones, destacando el Convento de la Merced de Trujillo, donde estuvo Tirso de Molina, quien no la olvidó en sus escritos elogiándola en su obra "Amazonas en las Indias". Murió en Trujillo, en su Palacio de la Plaza Mayor, en 1598 a la edad de 63 años.


La vida de Doña Francisca no habría podido ser imaginada por el mayor fabulador del mundo. Su mestizaje era algo más que la mezcla de dos sangres: era la síntesis de dos mundos, de dos culturas esencialmente diferentes pero que en ella tuvieron un primer ejemplo de lo que llegaría a ser el mestizaje en América con el pasar de los años. Y ahora, conociendo su historia y la de su familia Pizarro, acerquémonos a conocer su majestuoso Palacio de la Conquista.


El Palacio de la Conquista en la Plaza Mayor de Trujillo Fue construido en el siglo XVI, empezándose a edificar en 1562 por orden de Hernando Pizarro siguiendo las indicaciones de Francisco, recogidas en el testamento de este último que eran: «fundar y edificar una y iglesia e capellanía en la ciudad de Trujillo que es en los Reynos de España de donde soy yo natural e nascido». Fue restaurado en el siglo XVIII. Recibe su nombre por el título nobiliario de Marquesado de la Conquista que recibió la familia Pizarro por su papel protagonista en la campaña de conquista del Perú.


Entre los elementos arquitectónicos del edificio, destaca el "Balcón de Esquina", de estilo renancentista, decorado con motivos platerescos, todo repujado sin espacios vacíos.


Está enmarcado por casetones alrededor, a ambos lados le flanquean dos columnas abalaustradas con decoración de calabazas y hojas, entre ellas se alojan los bustos en altorrelieve de cuatro miembros de la familia Pizarro. A la derecha Hernando y doña Francisca tocada con sombrero y a la izquierda Francisco Pizarro e Inés Huaylas Yupanqui (padres de doña Francisca).


Sobre el balcón de esquina, un inmenso escudo donde, flanqueado por las armas de Carlos V, se pueden apreciar varios motivos alegóricos a la conquista del Perú, así como el escudo de armas de la familia Pizarro. Es toda una alegoría de la Conquista del Perú, en el centro el escudo de los Pizarro en pequeño, le rodean las murallas de la ciudad de Cuzco, capital del Imperio Inca, los barcos de Túmbez por ser ésta la primera ciudad inca que encontraron. También está representado Atahualpa con las manos metidas en dos cofres de oro rodeado por siete caciques indios.


El interior se puede visitar pero cierran al mediodía así que nos quedó pendiente. Nos despedimos entonces del palacio de Doña Francisca, donde su vida transcurrió seguramente acordándose de los territorios incas, sus montañas, río, su cielo, y de sus padres, que unieron en ella la sangre de los conquistadores y de los incas haciéndola la primera mestiza de los muchos millones que hoy en día viven en el Perú y en la América toda.

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