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Nos fuimos de paseo a la “Alemania del Caribe”: la Colonia Tovar


Nos levantamos un sábado con ganas de salir de excursión y decidimos visitar ese trozo de Alemania que queda a sólo 70 km de Caracas: la Colonia Tovar.


La historia de su fundación es poco conocida y merece la pena contarla. En 1840, pocos años después de terminada la guerra de Independencia, que había dejado el país en la ruina y con poca población, el gobierno del Presidente José Antonia Páez planteó la posibilidad de fundar nuevas poblaciones en las que se desarrollara la agricultura y minería con la finalidad de traer inmigrantes del continente europeo. Se pensó entonces en los alemanes y Agustín Codazzi, como representante del gobierno y por sugerencia de Alexander von Humboldt, estableció contacto con los pobladores del Kaiserstuhl, zona montañosa vinícola del Gran Ducado de Baden. De aquí provendrían la mayoría de los colonos que habrían de fundar y radicarse en Colonia Tovar.​

Se formó entonces una empresa colonizadora integrada por Codazzi, Ramón Díaz y Martín Tovar Ponte (Conde de Tovar) como fiador. La empresa seleccionó la zona donde se habría de instalar la colonia, teniendo en cuenta las similitudes geográficas y climáticas. Las tierras seleccionadas pertenecían al sobrino del Conde de Tovar, Manuel Felipe Tovar, quien las donó para la instalación de la colonia, de ahí que reciba hasta nuestros días el nombre de Colonia Tovar.


Los inmigrantes que decidieron participar en esta aventura, se embarcaron para Venezuela el 18 de diciembre de 1842. Sumaban 391 personas: 240 hombres y 151 mujeres. Salieron por el Rin, embarcaron en el puerto de Le Havre (Francia) y llegaron a la La Guaira el 4 de marzo de 1843 a bordo del buque francés Clemence piloteado por el Capitán Malverin. Siguieron entonces como estaba planeado hasta las costas de Choroní. ​ Sin embargo, no pudieron desembarcar de inmediato porque se había declarado una epidemia de viruela a bordo y debieron permanecer en cuarentena hasta el 31 de marzo cuando desembarcaron y se dirigieron a la ciudad de Maracay y de allí a La Victoria, donde fueron recibidos por el entonces presidente de Venezuela Carlos Soublette. ​ Los colonos llegaron a La Lagunita (comunidad original de la futura colonia) el 8 de abril de 1843, 112 días después de salir de Baden. Ese día es considerado como día de la fundación de la Colonia Tovar, que tomó como nombre el apellido del donador. Entre los primeros colonos se contaban científicos, naturalistas, escritores, pintores y muchos otros, gran parte de los cuales están enterrados en el cementerio de la ciudad.


Hoy en día, los pobladores de la Colonia Tovar descienden en 5ta y 6ta generación de esos primeros alemanes, y se nota cuando te cruzas con ellos, en sus cabellos rubios y en los ojos azules, aun cuando ya se han mezclado mucho con otras poblaciones. Pero todavía te puedes cruzar con cualquier muchacho que tranquilamente podrías pensar que es un turista alemán recién llegado. Destaca la amabilidad de todos y les encanta que converses con ellos.


Tovar se organizó desde un principio como una comunidad cerrada. Los fundadores tuvieron la intención de que se mantuvieran sus tradiciones culturales por mucho tiempo. A su llegada, construyeron casas conservando la arquitectura característica del Kaiserstuhl.


El badischen, dialecto de Baden, era la lengua que dominaba la zona y su vestimenta y comida permanecieron intactas. Inclusive, durante un tiempo se prohibió el matrimonio fuera de la colonia, con el fin de garantizar la "continuidad étnica y cultural", ambas prácticas serían abolidas después por la ley venezolana. Hoy en día hablan el alemannisch, conocido con el nombre de alemán coloniero. Mantienen muchas de sus costumbres, para que no se pierdan y de cara al turismo, son famosos así sus carnavales, el Oktobert fest y los restaurantes que ofrecen su comida más representativa como salchichas, embutidos y sus famosos postres.


Aquí se elaboró en 1843 la primera cerveza producida en Venezuela, con la receta que trajeron de Alemania y que hoy se mantiene. Se puede visitar la Cervecería Tovar que conserva la calidad de los estándares exigidos en la Ley de pureza bávara de 1516. Existen cuatro variedades y les puedo decir que está buenísima.


Inicialmente, la colonia Tovar se organizó alrededor de la producción de café. A medida que «los colonieros» fueron prosperando, la producción se extendió a nuevas tierras y actividades, como el cultivo de legumbres, verduras y frutas. Las personas llegan de Caracas y de otras ciudades cercanas a comprar frutas y verduras, que destacan por su calidad y por su sabor. Son famosas sus fresas, moras y frambuesas. Y eso hicimos nosotros, aprovechamos para hacer primero nuestras compras. Fue un paseo por sabores deliciosos porque como son tan amables te dan a probar todos sus productos con una sonrisa.


Seguimos después nuestro paseo por el Centro histórico: varias edificaciones en el centro de la ciudad y alrededor de la plaza Bolívar, destacando la Iglesia de San Martín de Tours, la casa Codazzi y la Antigua Escuela. Como es el sitio más concurrido hay allí muchos restaurantes y tiendas de recuerdos. También visitamos el Museo de Historia y Artesanía, que incluye una exhibición sobre la historia, costumbres y tradiciones del pueblo germano en Venezuela.


Existen varios hoteles y posadas, para pasar tranquilamente el fin de semana. Nosotros no lo hicimos pero nos acercamos a ver el hotel más antiguo y conocido, el Hotel Selva Negra fundado en 1938 por los Hermanos Breidenbach (Juan, Carlos y José).


Y al final, pues a comer. Por supuesto para probar un plato con lo más representativo, salchichas y chuletas ahumadas. Y entre cerveza y cerveza pasamos la tarde. Al regreso, a pesar de que era muy temprano, nos atrapo la famosa neblina de la zona, que bajaba literalmente de la montaña, lo que le dio un toque especial al final de este bello paseo.



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