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Tras los pasos de Cervantes y sus colegas escritores por el Barrio de las Letras de Madrid: Ruta del


Cómo para mantenerse joven recomiendan seguir aprendiendo cosas nuevas cada día, en Madrid hice la llamada ruta del Siglo de Oro, tema que he de confesar no dominaba mucho, ruta que partiendo de la Plaza Mayor recorre el Barrio de las Letras, conocido con este nombre por haber servido de hogar entre los siglos VI y XVII a grandes escritores como Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Calderón de la Barca y Quevedo, que con muchos otros conforman el llamado Siglo de Oro español, pero que también le rinde homenaje a escritores del s. XX como Lorca y fue el lugar de reunión de Hemingway con sus colegas españoles.


El Barrio delimita por su parte norte con la carrera de San Jerónimo, al este con el Paseo del Prado, al oeste con la Plaza de Jacinto Benavente y al sur con la Calle Atocha. Es sin duda una de las mejores rutas por Madrid y quizás la más interesante, un homenaje a los genios de la literatura española.


Comenzamos nuestro paseo en la famosa Puerta del Sol, para cruzar a la derecha y bajar por la calle de Carretas entrando así al famoso Barrio de las Letras hasta llegar a la calle de las Huertas, que lo cruza, y que es llamada así porque en esta zona estaban hasta el s. XVI las antiguas huertas de Madrid, que entonces estaban en el exterior de las murallas de la ciudad.


Y un primer dato. Al pasear sus calles no dejes de mirar hacia abajo porque a lo largo del recorrido encontraremos en el suelo muchas placas con citas de los autores y de sus grandes obras en letras doradas, como las primeras palabras del Quijote o las oscuras golondrinas de Bécquer, autores que ellos mismos caminaron por esas calles que hoy yo recorro.


El Jardín del Ángel


Llegamos al número 2 de la calle de Las Huertas y lo que encontramos es una de las floristerías más antiguas de Madrid. Pero ese no es el único detalle de este lugar. Su jardín visible desde la calle se encuentra ubicado sobre el antiguo cementerio de la Iglesia de San Sebastián, que le queda justo al lado, cuyos restos se pueden ver aún en una pared. Pero hay más. En el centro de este jardín hay un olivo centenario bajo el cual se dice que está enterrado Lope de Vega. Este escritor recibió unos fastuosos funerales en la vecina iglesia, donde fue enterrado, pero con el paso del tiempo sus restos pasaron al cementerio exterior con los de muchos otros vecinos y aunque después se trató de recuperarlo, ya no fue posible, así que seguramente allí permanecen, bajo el olivo. Conocer esta historia ya merece una parada.


Iglesia de San Sebastián


Adyacente al Jardín del Ángel, en la esquina de la calle Huertas con Atocha se encuentra la Iglesia de San Sebastián, que es una de las grandes desconocidas de Madrid a pesar de su valor histórico, ya que fue el lugar donde fueron bautizados, contrajeron matrimonio o recibieron sepultura en su interior, numerosos personajes de la literatura española y de otros ámbitos. Como ya dijimos en su interior fue enterrado Lope de Vega, pero ahora se desconoce su paradero. También en esta iglesia se realizaron los funerales de Cervantes. Es la sede de la Cofradía de la Virgen de la Novena, que desde 1631 protege y ayuda a los actores españoles.


Plaza de Santa Ana


Subimos ahora a la Plaza de Santa Ana, famosa hoy en día por sus bares y ser lugar de encuentro entre amigos. Las estatuas de Calderón de la Barca y de Federico García-Lorca, dramaturgo y poeta respectivamente, nos dan la bienvenida.


Al fondo, el Teatro Español que ya existía en el s. XVII y era el Corral del Príncipe donde se estrenaron y se representaban importantes obras del teatro español (sí, se hacía en antiguos corrales).



En una esquina de la plaza la famosa Cervecería Alemana, lugar de reunión de Hemingway, entre muchos otros, cuando venía a Madrid.



Calle de Cervantes


Seguimos recorriendo las calles para llegar a la Calle de Cervantes donde nos encontraremos con las casas de dos grandes escritores. En la esquina la Casa de Cervantes, uno de los lugares donde vivió en una de sus etapas en Madrid y donde murió en 1616. El edificio no es el original pues fue derribado, pero se le guarda el recuerdo con una placa en sus muros.



Más adelante, la Casa Museo de Lope de Vega, en donde habitó este escritor durante sus últimos veinticinco años de vida, recordándonos el estilo de una vivienda típica de inicios del siglo XVII.


Entramos a su jardín, silencioso en contraste con el ruido de la calle, y nos imaginamos a Lope escribiendo sentado bajo los árboles. Ironías de la vida, Cervantes y Lope de Vega que eran enemigos y competían por ser el más exitoso, eran vecinos.



Calle Lope de Vega y calle de Quevedo


Bajamos por la calle Quevedo a la calle Lope de Vega para encontrarnos en la esquina una placa conmemorativa en el lugar que vivió Francisco de Quevedo, en 1625, pero lo que muy pocos saben es que esa misma vivienda fue anteriormente casa del poeta Luis de Góngora. Hay quien dice incluso que Quevedo compró la vivienda cuando Góngora vivía en ella de alquiler y en base a las dificultas económicas del segundo, le desahució fruto de su enemistad.



Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso


Y siguiendo por la calle Lope de Vega llegamos al Convento de las Descalzas.


En el exterior, una placa de mármol con el busto de Miguel de Cervantes señala que es el lugar donde, por propia decisión, recibió sepultura el 23 de abril de 1616, cuando murió ajeno a la trascendencia que tendría su obra.


Sus restos se perdieron por unas obras del s. XIX aunque recientemente se consiguió una lápida en la pared con las letras M.C. grabadas y se abrió para encontrar en su interior dos cuerpos, de un adulto y un niño, y aunque no hay registros de que con Cervantes se hubiera sepultado ningún niño, se está a la espera del examen de ADN comparándolo con el de su hija enterrada allí mismo, para comprobar si son los restos del famoso escritor y rendirle el homenaje que se merece. Y otra ironía, Cervantes está sepultado en la calle que lleva el nombre de su famoso enemigo, Lope de Vega.




Sociedad Cervantina


Nos acercamos ahora al número 87 de la calle Atocha, sede de la Sociedad Cervantina cuyo edificio se encuentra en el mismo solar de la imprenta más importante de la época del siglo de Oro y donde se imprimió en 1604 por el impresor Juan de la Cuesta la primera edición de El ingenioso hildalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. La Sociedad se encarga de proteger y difundir el legado de Cervantes, y guarda en su interior una réplica de la máquina de impresión con la que se imprimieron los libros más importantes del Siglo de Oro español.


Plaza de las Cortes


Para concluir nuestro recorrido por el Barrio de las letras y por el Siglo de Oro, nos acercamos a la Plaza de las Cortes, y frente al Congreso nos encontramos el primer monumento en honor a Cervantes erigido en Madrid en 1834. Bajo el pedestal de la estatua se descubrió una cápsula del tiempo que contenía diversas ediciones del Quijote y una biografía escrita en el siglo XIX.



Plaza de España


Si tienes ganas de caminar, o mientras recorres otros lugares de la ciudad, te incluyo aquí la referencia al bello Monumento a Cervantes que preside la Plaza de España en la Gran Vía. Fue levantado como un homenaje al autor con motivo del tercer centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote, en 1915, y que prosiguió con el centenario de la muerte del escritor en 1916.

En el monumento vemos a Cervantes sentado en lo alto y a sus pies las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza, Dulcinea y otros personajes del Quijote. Además, en referencia a esta obra, la plaza está sembrada de olivos, en recuerdo a las tierras manchegas donde el Quijote vivió sus aventuras. Además, aludiendo a la universalidad del Quijote, en el monumento están los cinco continentes leyendo la gran obra de Cervantes, la más publicada de toda la historia (hasta la llegada de Harry Potter).



Para terminar


Yo realicé el recorrido con la empresa Sandeman Madrid, que salen desde la Plaza Mayor, y tuve la suerte de que nos tocara un guía muy simpático y amable, que conocía mucho de esta época y se notaba que era además un apasionado. Gracias Alex por hacernos pasar una tarde maravillosa y hacernos aprender tantas cosas.

Y ustedes amigos ya lo saben, a partir de ahora, cuando piensen en una escapada a Madrid te recomiendo tener en cuenta una visita al Barrio de las Letras, y conocer todo sobre el Siglo de Oro español. Saldrás cansado, pero mucho más culto e intelectual que cuando entraste.

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