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Recorrido por la Caracas Colonial. Parte I


Para transportarnos a este viaje por la Caracas colonial, la ciudad que empieza a crecer a partir del s. XVI, debemos situarnos en la hoy Plaza Bolívar, en aquellos tiempos la Plaza Mayor, diseñada al estilo de todas las ciudades españolas: una plaza en el centro rodeada por 24 manzanas o cuadras y sus calles bien delimitadas. Habían ese momento unos 40 vecinos A partir de allí, Santiago de León de Caracas, fundada por Diego de Losada el 25 de julio de 1567, crecería para llegar a ser la ciudad que hoy todos conocemos.


Caracas finales s. XVI. Maqueta Palacio Municipal de Caracas


La Plaza Mayor de Caracas, que pasaría a llamarse Bolívar en 1842, era el centro de toda la actividad de la ciudad. Allí se celebraba el mercado, los encuentros sociales de los caraqueños, se ejecutaba a los enemigos políticos y conspiradores contra el gobierno colonial español y fue donde se dio el primer paso para la independencia de Venezuela en 1810.


Rodeando la Plaza nos empezamos ya a encontrar los testigos de ese pasado colonial. Así, podemos empezar este recorrido visitando la Catedral de Caracas, que al contrario de lo que podemos pensar no fue la primera iglesia de la ciudad que podremos conocer más adelante sino la cuarta. Su nombre oficial es Catedral Metropolitana de Santa Ana y no se sabe con certeza la fecha de su construcción original que debió ser entre los años de 1576 a 1578. El primer edificio fue destruido por el terremoto de 1641, y el actual se construyó entre 1665 y 1674, y la fachada es de 1771, aunque también sufrió daños por los terremotos posteriores así que este edificio que vamos a visitar ha sufrido muchas modificaciones desde entonces.

En el interior no dejes de admirar las capillas presididas por antiguas imágenes de la época colonial, entre las que destaca la capilla de de Nuestra Señora del Pilar, con un hermoso altar barroco y el cuadro inconcluso “La Última Cena” de Arturo Michelena; la Capilla de Santa Ana; y, la Capilla de la Santísima Trinidad, con un bello techo de estilo mudéjar y donde un hermoso monumento, que representa el alma del Libertador ante sus padres y esposa, señala el lugar donde ellos están enterrados y dónde el mismo Bolívar estuvo enterrado desde 1842 hasta 1876, antes de ser trasladado al Panteón Nacional.


A un lado de la Catedral, el Museo Sacro, establecido en un edificio de estilo colonial donde funcionaba a finales del s. XIX el Colegio Episcopal o Seminario Menor, hasta la década de 1940, fecha en que pasa a ser ocupado por el diario La Religión para después ser restaurado y convertido en este museo. Lo interesante de este edificio es que fue levantado sobre un cementerio que funcionó anexo a la Catedral, y que fue excavado recientemente. Se exponen muchas imágenes religiosas relacionadas con la historia de Caracas así como el resultado de las excavaciones.


Volvemos a la Plaza para encontrarnos justo en el lado opuesto a la Catedral, la llamada Casa Amarilla. Construida sobre una de las manzanas originales de la Caracas de 1567, sirvió de casa de familia, cárcel real (1696), ayuntamiento (1750), y real cárcel de corte, a partir de la creación de la Real Audiencia de Caracas (1786). Los hechos del 19 de abril de 1810 que dieron inicio al proceso de independencia de Venezuela, mientras se realizaba un cabildo extraordinario en la sede del ayuntamiento, ocurrieron aquí, y se conserva el balcón desde donde se dirigieron a la población para consultar su opinión. Hoy en día funciona como sede de la Cancillería y no es visitable, pero su interior alberga una importante muestra de arte colonial.


También en uno de los costados de la Plaza Bolívar, el edificio donde funcionara el Colegio Seminario Santa Rosa de Lima, fundado en 1696, y a partir de 1725 la primigenia Real y Pontificia Universidad de Caracas. Hoy en día es la sede del Palacio Municipal de Caracas y Museo Caracas. Muy restaurado, se conserva el edificio de 1906 reformado por el arquitecto Alejandro Chataing, de estilo neoclásico con el bello Patio de los Leones en el centro.

Del edificio original, se conserva la Capilla Santa Rosa de Lima, capilla del Seminario que fue terminada en 1721, lugar histórico por ser escenario de la Declaración de Independencia de Venezuela el 5 de julio de 1811. Fue restaurada como el original en 1973, para lo cual se usó como guía el cuadro de Juan Lovera sobre esa importante fecha, y que fue testigo presencial de los hechos los que dejó plasmados en su obra. Este cuadro, así como el del 19 de abril del mismo autor se exhiben en las paredes de la capilla, así como uno de los dos cuadros que existen de la Virgen de Caracas y otras importantes pinturas, además de un bello retablo colonial hojillado en oro con imágenes sevillanas.


Desde la Plaza Mayor salían las principales calles de la Caracas colonial, que hoy siguen el mismo trazado. Por estas calles iremos a las siguientes paradas de nuestro recorrido. Empecemos en dirección sur. Nos encontramos con más edificios coloniales. El Convento de San Francisco, hoy Palacio de las Academias. Construido en 1575, según documentos encontrados en el Archivo de Indias de Sevilla, para albergar a los frailes franciscanos, a los que dos años antes se le habían cedido cuatro solares. Ampliado en 1794, fue destruido en buena parte por el terremoto de 1812. Tras ser eliminado el convento en 1821, fue utilizado como Cámara de Diputados del Congreso y la segunda sede de la Universidad Central de Venezuela (1856-1963) y a partir de 1952 se decide trasladar las academias de historia, medicina, lenguas, ciencias físicas, matemáticas y naturales. Hoy se ubican en el lado este las academias y en el lado oeste la Biblioteca Metropolitana de Caracas Simón Rodríguez.

A un lado del Convento se levanto la Iglesia de San Francisco en 1593, que ha sufrido varias reformas a lo largo de los años, sobre todo por los efectos en el edificio de los terremotos, aunque se puede decir que es el mejor ejemplo conservado de la arquitectura colonial. Su nombre real es Iglesia de la Inmaculada Concepción aunque todo el mundo la conoce desde hace tantos siglos como Iglesia de San Francisco, e incluso así se llama hoy la esquina donde se encuentra. Es en esta Iglesia donde le es otorgado el título de Libertador a Simón Bolívar, al término de la Campaña Admirable, el 6 de agosto de 1813. Luego, el 17 de diciembre de 1842 aquí serán recibidos los restos mortales de Bolívar antes de ser trasladados a la Catedral de Caracas. Este templo es considerado una de las máximas representaciones del arte barroco latinoamericano y no podemos dejar de visitar su interior donde nos encontraremos muchas bellas obras: once imponentes retablos en diversos registros estilísticos: barroco, churrigueresco, rococó y neoclásico, creados para distintas advocaciones e imágenes santas de los s. XVII y XVIII. Destacan el Santo Niño de Belén, realizada en Nápoles, y la imagen de Ntra. Sra. De la Soledad, la primera que llegó a Venezuela en 1564, una copia de la imagen que se veneraba en el Convento de Ntra. Sra. De la Victoria en Madrid. Como dato curioso, la original se quemó y tuvieron que venir a Caracas para realizar una réplica. Las pinturas son también importantes, en especial las de Juan Pedro López (destaca “Ntra. Sra. de la Luz” de 1760) y de la Escuela de los Landaeta.


Llegamos ahora al lugar donde estaba ubicado el Convento de San Jacinto desde que fuera establecido en 1595 por los Dominicos, ese año existía una plaza como parte del convento, que luego sería la Plaza San Jacinto y hoy es la Plaza El Venezolano. Durante todo el s. XVII y XVIII este convento fue casa de letras y formación humanista. De su templo salía en procesión el Nazareno de San Jacinto, verdadero precursor del Nazareno de San Pablo, que lo sustituyó posteriormente. En 1802 se inaugura el Reloj de Sol construido en mármol por idea de Alejandro Humboldt, que aún puede verse. Desde 1809 servía como mercado para los caraqueños. El terremoto de 1812 destruye casi por completo la antigua edificación del Convento quedando en pie solamente la torreta que es lo único que se conserva en nuestros días. Fue aquí donde ese día del terremoto Simón Bolívar exclamó "Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca...".

Presidiendo la plaza, dos importantes edificaciones. El Museo Bolivariano, inaugurado en 1960, y construido a partir de dos casas adyacentes a la casa natal del Libertador, que habían sido adquiridas en octubre de 1949 por la Nación Venezolana y fue diseñado por el arquitecto Graziano Gasparini, historiador y restaurador especializado en nuestra arquitectura colonial. En este museo se conservan objetos propiedad del Libertador, que reflejan la cultura de la época colonial como una importante exhibición de vestidos y carruajes.

La Casa Natal del Libertador. Un registro del antiguo Cabildo de Caracas que donde actualmente se encuentra la Casa Natal del Libertador Simón Bolívar existía una construcción desde 1651. Sin embargo, no es sino en 1681 que pasa a formar parte de la familia Bolívar, hasta 1792. En 1876, el para entonces presidente Antonio Guzmán Blanco adquirió la casa construida en el siglo XVII y en 1912 fue donada por la Sociedad Patriótica al Estado venezolano, que realizó trabajos de restauración hasta 1921 cuando fue inaugurada por el Presidente Juan Vicente Gómez. Es una casa ejemplo de arquitectura colonial, de un solo nivel, planta rectangular, zaguán y dos patios.


Por ahora nos tomamos un descanso de este recorrido, que continuamos en una segunda entrega de este artículo, para seguir descubriendo los rincones más antiguos de la ciudad. No te lo pierdas...


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