25 cosas (más) que puedes hacer todavía en Caracas. Parte II
Desde que publicamos las primeras 25 cosas hace tres años, la ciudad ha mejorado mucho después de la pandemia, y hemos de reconocer el esfuerzo que se ha hecho para recuperar muchas zonas, en especial los monumentos, parques y museos, además de los muchos emprendimientos privados que están naciendo. Todo suma para que Caracas sea hoy en día una ciudad más vivible que en los últimos años, sin que por ello queramos cerrar los ojos a la situación política y económica. Pero como siempre digo, hay que seguir viviendo, así que vamos a seguir paseando por Caracas con estas 25 cosas más que puedes hacer:
Reservar una visita guiada en la Casa de la Fundación John Boulton para conocer su importante colección de objetos del s. XIX, en especial objetos personales del Libertador y bocetos maravillosos de los cuadros de Arturo Michelena. No importa si vas solo o con dos o tres personas, sólo hay que reservar por correo y te atenderán maravillosamente (no cobran entrada, sólo una contribución voluntaria). Al salir, ya que estás al lado, entra al Panteón Nacional y al Mausoleo del Libertador. Por cierto, la casa rosada al lado de la Casa Boulton fue donde nació la escritora Teresa de la Parra.
Vete a conocer la fachada del Nuevo Circo de Caracas (1919), que está muy bien conservada. Diseñado por el famoso arquitecto Alejandro Chataing estaba destinado a las corridas de toros y a la presentación de múltiples espectáculos. Con capacidad para 12000 personas (más del 10 % de los habitantes en aquel entonces) fue el espacio de espectáculos más grande de la capital hasta la construcción del Poliedro de Caracas, en 1974. Hoy en día es sede de numerosos grupos culturales populares y se realizan algunos espectáculos.
Vuelve a darte un paseo por el centro de Caracas, esta vez para recorrer los lugares que sirvieron de escenario a los sucesos del 19 de abril de 1810, importante fecha de nuestra historia nacional. Empieza tu ruta en la Casa Amarilla frente a la Plaza Bolívar. Tienes todo el recorrido y la explicación de los hechos históricos en un post anterior.
Acércate a la Iglesia San Francisco (1593) en el centro de Caracas, una de las primeras iglesias de la ciudad. En este lugar se le otorgó el título de Libertador a Simón Bolívar en 1813 y en 1842 sus restos fueron aquí recibidos para su posterior traslado a la Catedral de Caracas. Contiene importantes obras de arte colonial como sus retablos ( 1762-1798), el altar de 1767 dedicado al Santo Niño en Belén (imagen realizada en Nápoles a mediados del siglo XVII), y la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, que llega a San Francisco en 1654, y es considerada la Patrona de Caracas. La iglesia suele estar abierta por las mañanas. Al salir, tomate una foto con la famosa Ceiba de San Francisco.
Aprovecha este paseo por el centro para entrar a conocer el Museo Sacro a un costado de la Catedral, y que está construido sobre un antiguo cementerio del s. XVII. El interior es muy bonito, típico de una casa de época con su zaguán con patio central, con salas de exposición con una muestra de arte religioso. Se pueden ver algunas antiguas tumbas que surgieron en las excavaciones.
Sube a la esquina de Veroes donde se encuentra la Casa de las Primeras Letras, el edificio del siglo XVIII donde funcionaba la escuela donde Andrés Bello le dio clases a Simón Bolívar. Tiene una sala de exposiciones, un anfiteatro, una librería y una cafetería donde puedes probar la famosa Torta Melosa, un postre de queso y pan duro que se servía en tiempos de la colonia y era uno de los postres favoritos del Libertador.
Un domingo diferente puede ser ir a desayunar a las muy de moda Empanadas Carupanadas, con muchísimos rellenos diferentes. Mientras esperas, acércate a conocer el Club Social Chino que los domingos celebran un mercado.
También en domingo puedes ir a caminar por la Avenida Boyacá, conocida como la Cota Mil por su elevación de 1000 metros sobre el nivel del mar. Tiene 13 km de longitud. Haz una parada en el Mirador Boyacá para tener una maravillosa vista de la ciudad y tomar algo en alguno de sus locales.
El Teatro Teresa Carreño fue remodelado y ha comenzado a hacer funciones después de la pandemia. Puedes ir a cualquiera de sus obras, en especial cuando se presenta la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. Un lujo que tenemos los caraqueños y que no deberíamos desaprovechar.
Aprovecha para bajar a La Guaira y Caraballeda, han arreglado muchas playas, con su servicio de toldo y sillas, y hay muchos lugares donde comer. No olvides probar las cocadas del Rey de las Cocadas en Caraballeda o ir a comer al tradicional Rey del Pescado Frito.
Date un paseo por las tierras del Cacique Chacao, ciudad fundada en 1758, rodeada por haciendas dedicadas al cultivo de café. Conserva su trazado, nueve manzanas organizadas alrededor de la plaza central, hoy Plaza Bolívar. Puedes entrar a la Iglesia de San José construida en 1769 de estilo colonial con un bello altar de estilo rococó. Puedes ir hasta el Mercado Municipal para darte una vuelta entre sabores y olores. Enfrente está la Pastelería El Parque que tiene unas milhojas deliciosas.
Vete al centro para tomarte una foto delante de las famosas Torres del Silencio, desde ambos lados mejor: la Plaza Caracas y la Plaza Diego Ibarra. desde ésta última puedes acercarte a la estatua “Bolívar Civil” de Julio Maragall (1988) y tener una vista panorámica de la Avenida Bolívar.
Desde la Plaza Caracas acércate al Teatro Municipal, inaugurado en enero de 1881 dedicado exclusivamente a la ópera, la zarzuela y la música sinfónica. Ha sido restaurado y se presentan espectáculos de vez en cuando.
Revive una de las tradiciones de nuestra infancia y vete al Parque del Este (los caraqueños crecimos con nuestros padres llevándonos los domingos). Acércate a ver su bella fuente “Cortina de Agua” (1961) y la réplica del barco de Miranda, el Leander. Ahora se conecta con un puente sobre la autopista con el Parque Bolívar de La Carlota y su Lago Libertad, que ofrece una bella vista de la ciudad y del Ávila.
Puedes ir hasta las tierras del Cacique Baruta y conocer lo poco que ya queda de su centro histórico colonial, fundado en agosto de 1620 con sus calles a partir de la plaza mayor, que aún existen. Aprovecha para entrar a la iglesia colonial construida en 1655 (es mejor ir en domingo) y verás la imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario, que llegó con los Frailes Doctrineros Franciscanos y Dominicos en 1582, y es una de las más antiguas de Caracas.
Vete a conocer las famosas fuentes de Francisco Narváez. En la Plaza O´Leary están “Las Toninas” (1931), que forma parte de del proyecto de Carlos Raúl Villanueva para la reurbanización de El Silencio, constituida por dos estanques de agua rodeados cada uno por cuatro figuras femeninas de piernas extendidas y pies descalzos, cada una sobre una pareja de delfines (las toninas del oriente venezolano) que, a su vez, se remontan sobre una serie de ondas que simulan el oleaje marino. La otra fuente famosa es la “Fuente Parque Carabobo” (1934) ubicada en la Plaza Carabobo, que fue inaugurada en 1881 por Guzmán Blanco y que formo parte del proyecto de modernización de Caracas de Villanueva.
Date un paseo por el Parque Los Caobos desde la Plaza de los Museos. Muy cerca de la entrada está la famosa “Fuente Venezuela” (1953), de Ernest Maragall, el escultor catalán que se radicó en Venezuela, y en la que se representan con cinco estatuas sobre sus respetivos pedestales, las cinco regiones geográficas de Venezuela: el Ávila, los Andes, los Llanos, el Orinoco y el Caribe. Originalmente estuvo en la Plaza Venezuela pero por los trabajos de construcción de la autopista Francisco Fajardo fue trasladada al parque en 1967.
Date una vuelta hasta El Hatillo para ver una iglesia colonial desconocida (sólo abre en Semana Santa): la Capilla Santa Rosalía o Capilla del Calvario, que es de 1766. Su historia se refiere a la promesa hecha por Don Baltasar de León durante su presidio en La Carraca en Cádiz (España), por revelarse ante la Compañía Guipuzcoana. En la cárcel se desató un brote de viruela que acabó con la vida de muchas personas, por lo que le pidió a Santa Rosalía de Palermo que lo salvara de la epidemia. A cambio de este favor, le prometió a la santa erigir un templo en su nombre. Años después fue que se construyó la iglesia dedicada a la misma Santa en la plaza central de El Hatillo.
Aprovecha tu paseo por El Hatillo para acercarte a la iglesia ortodoxa rumana de San Constantino y Santa Elena, construida en 1999 por ocho artesanos rumanos de Maramures (Rumania). Estas iglesias de madera son Patrimonio Mundial de la Unesco, y en América sólo existe una igual en Chicago. Toda la madera de roble y abeto llegó a Caracas desde Rumania y su interior está decorado con murales de las artistas rumanas Titiana Nitu Popa y Mihaela Profiriu. Después, puedes ir muy cerca a La Unión para probar una cachapa con queso de Doña Inés.
Reservar una visita guiada o vete a un concierto o exposición en la Quinta de Anauco, casa de campo construida en 1797, primero conocida como la “Casa de Solórzano” y que luego perteneció al Marqués del Toro, familiar de Simón Bolívar, quien se alojó aquí durante su última estancia en Caracas. Hoy en día es una muestra muy bien conservada de las casas coloniales de Caracas, y es desde 1961 sede del Museo de Arte Colonial. Su cuenta de instagram informa oportunamente sobre los eventos que se realizan para que puedas planificar tu visita.
Explora la agenda cultural de Caracas, con nuevas propuestas cada día. Cine, teatro, exposiciones, conciertos. Se siente la necesidad de activar esta parte de nuestra ciudad tan abandonada en los últimos años. El Centro Cultural BOD y el Trasnocho, la Sala Mendoza, galerías de arte, nos presentan una variada cartelera todos los fines de semana.
Caracas se ha puesto de moda de noche, la Esfera de Caracas está iluminada, y lo mismo el Paseo Los Próceres, Parque Central y la Avenida Bolívar, además de todo el centro histórico desde la Plaza O´Leary hasta la Plaza Bolívar. Si no te animas a ir solo o con poca gente, Fundhea organiza el recorrido y te lleva en autobús desde la Plaza Altamira.
Hacer la ruta golosa por las pastelerías más tradicionales de Caracas siempre es un buen plan. Tienes una buena guía de todas ellas y sus postres más emblemáticos en este blog. Para tentarte una muestra: un Merengón de Fresas de la Pastelería Danubio.
Otra forma de disfrutar Caracas de noche es ir a tomar algo en algunos de los locales de ocio que han abierto en las azoteas de la ciudad como el Hotel Altamira Suites o el Hotel Pestana. Aunque es una opción más costosa, las vistas de la ciudad y del Ávila, en especial al atardecer, merecen la pena la inversión aunque sea una sola vez.
Para terminar, una opción barata que disfrutamos todos y para la que sólo tienes que prestar atención. Disfrutar los sonidos de Caracas al amanecer. Guacharacas, guacamayas y algún gavilán nos avisan que está llegando el día con su alboroto. Si va a llover, durante el día podrás escuchar las chicharras. Y en la noche, mientras la ciudad duerme, los famosos sapitos. ¿Qué más se puede pedir?
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