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“En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”


Si recorriste Madrid y Alcalá de Henares tras las huellas de Miguel de Cervantes, es muy recomendable hacer esta ruta que recorre las provincias de Castilla-La Mancha y Toledo por los pueblos que de alguna manera, histórica y culturalmente, tienen relación con su novela más famosa: “El ingenioso hildalgo Don Quijote de la Mancha”, escrita en el s. XVII y que narra las aventuras y desventuras de este caballero por esas tierras.

Las empresas de turismo ya ofrecen una ruta del Quijote, pero después de estudiar las ofertas decidimos mejor alquilar un coche y hacerla a nuestro aire, para ir a más lugares e ir parando más o menos según nuestro interés (o la belleza del lugar). Así, te propongo que acompañemos al “Caballero de la triste figura” por estas tierras.



Sobre el “…lugar de La Mancha…”

El lugar que cita Cervantes y con el que empieza El Quijote, es una ficción a partir de elementos de la realidad por él conocida. Y muy bien documentada añadimos, puesto que Cervantes sitúa parajes concretos, pueblos, personajes reales y otros muchos datos ciertos que llevaron a los historiadores a lo largo de los años a tratar de ubicar el lugar exacto y situarlo en el mapa. Así, se ha podido comprobar que la geografía es real, algunos personajes se ha descubierto que existieron y aquello que comen y beben unos y otros eran alimentos comunes en la época en La Mancha. Muchos pueblos presumen ser el auténtico “lugar de La Mancha”: Argamasilla de Alba (tradición oral), Alcázar de San Juan (muy cerca de El Toboso) y Villanueva de los Infantes, ésta última defendida por la Universidad Complutense de Madrid (pues fue donde estuvo prisionero Cervantes y comenzó a escribir la novela).


Esquivias

Tomamos rumbo al sur de Madrid bien temprano, porque hay mucho que ver. 40 km al sur de Toledo nos encontramos este pequeño pueblo que se ha ganado un puesto en esta ruta por cuanto aquí nació su esposa Catalina de Palacios y fue donde se casaron el 12 de diciembre de 1584. Podemos visitar la Casa Palacio de Catalina de Palacios y la Casa-Museo de Cervantes, mansión en la que se mantienen intactas todas las características de las casonas de labradores acomodados del siglo XVI. Esta casa perteneció al hidalgo Don Alonso Quijada de Salazar, rico terrateniente, al que gran número de biógrafos cervantinos consideran constituyó el primer boceto para la creación del universalmente famoso Don Quijote. Don Alonso, que era una persona muy dada a la lectura de libros de caballerías y término profesando como fraile, era pariente lejano de Catalina de Palacios, mujer de Cervantes. Dos monumentos a Catalina y Cervantes se encuentran por las calles del pueblo.


Mota del Cuervo

Sigamos nuestro camino y ya entrando en tierras de Castilla-La Mancha. Llegando al pueblo conocido como “El balcón de La Mancha”, te encuentras en lo alto de una colina con siete molinos de viento perfectamente conservados, que presumen de ser los testigos de la batalla de Don Quijote contra los gigantes. También el pueblo maneja la hipótesis, como otros varios que veremos en este viaje, de ser el auténtico “… lugar de La Mancha…”

El Toboso

¿Recuerdan a la famosa Dulcinea del Toboso? Aquella de la que Don Quijote decía “…es la más hermosa mujer del mundo y yo el más desdichado caballero de la tierra, y no es bien que mi flaqueza defraude esta verdad”. Pues como ya hemos comprobado al llegar aquí, El Toboso es real. Un pueblo muy antiguo donde podemos visitar la Casa Museo de Dulcinea, una casa típicamente manchega de hidalgos (ricos dueños de tierras) del siglo XVI, muy bien restaurada y ambientada. Aquí vivía doña Ana Martínez Zarco de Morales, en la que se inspiró Cervantes para el personaje de Dulcinea. En la Plaza Mayor encontramos una bonita escultura de Dulcinea y su enamorado. También, el Ayuntamiento y el Museo Cervantino, que alberga una interesante colección de ediciones (más de 500) de El Quijote en diferentes idiomas muchos de ellos firmados por personajes ilustres de todo el mundo.

Argamasilla de Alba

Recorremos unos 50 Km hasta este pueblo donde visitaremos la Casa del Medrano, donde la tradición señala que Cervantes, estando preso, comenzó a escribir su obra más universal. También podría tratarse del “… lugar de La Mancha…” que refiere Don Quijote. Otro edificio significativo es la Casa del Bachiller Sansón Carrasco donde la tradición popular sitúa la residencia de Don Alonso López, en quien estaría inspirado el Caballero de los Espejos de la obra.


Alcázar de San Juan

Seguimos nuestra ruta ahora en dirección norte para llegar a esta localidad, que se ha apropiado de la figura de Cervantes ya que en la iglesia de Santa María la Mayor se conserva su partida de bautismo, aunque está demostrado que fue bautizado en Alcalá de Henares donde nació. Puedes visitar el Museo Casa del Hidalgo y el Centro de Interpretación Cervantino. En las afueras, los molinos del Cerro de san Antón, que responden a los nombres de Rocinante, Fierabrás, Dulcinea y Barcelona.


Campo de Criptana

Famoso por sus molinos de viento, también llamada “tierra de Gigantes” porque podrían ser los que confundiera don Quijote con gigantes y que inspiraron a Cervantes. Tres de ellos son originales del s. XVI y conservan sus mecanismos originales que se pueden visitar. El Pósito Real, del siglo XVI, y el Museo de Sara Montiel, ubicado en un molino, son otros atractivos.

Puerto Lápice

Este es el típico pueblo manchego, cruce de caminos antiguamente y que conserva tres de las ventas que tenía (parada en el camino para comer y descansar) ya que su antiguo nombre era Ventas del Puerto Lápice, que Cervantes inmortalizó. Las Ventas son una construcción típicamente manchega, levantadas en torno a un patio central, con pozo, abrevadero y espacio para carros, con soportales, establos para las caballerías, mesón y habitaciones para dormir. Una de esas ventas es la más popular, Venta de Don Quijote, donde podemos comer, beber y comprar algún souvenir de la ruta. En un cerro cercano se han recuperado dos molinos de viento para darle más valor a la ruta turística.


Consuegra

Según nos vamos acercando a esta ciudad, la sorpresa: en el horizonte contemplarás sus famosos molinos de viento, los mejor conservados de toda España. Desde lo lejos le damos la razón a Don quijote, parecen unos gigantes contra los que deberemos luchar. Cruzando el pueblo llegamos hasta ellos, en lo alto del cerro Calderico, cada uno con un nombre relacionado con El Quijote. Destacan “Sancho”, con la maquinaria original del siglo XVI y “Bolero” que se puede visitar por dentro. Llegar al atardecer es el plan perfecto para ver caer la tarde sobre las llanuras manchegas.

Esperando el atardecer en Consuegra terminamos nuestro excelente paseo. No nos cansábamos de fotografiar esos bellos molinos de viento. Para finalizar, te recomiendo que pruebes en cualquier lugar del camino la rica gastronomía de la zona, en especial los deliciosos quesos manchegos, las migas y muchos platos más. Pero come rápido, porque como ya viste hay mucho que ver en esta fantástica ruta.

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